Profesional en artes plásticas, técnica en diseño gráfico, diplomada en escritura creativa y eterna aprendiz de canto, pero como diría Piero por allá en 1981: soy un montón de cosas santas, mezcladas con cosas humanas. En 2025, año en que nace esta página, pareciera que el mundo digital nos obliga a categorizarnos, meternos en una pequeña cajita donde solo quepamos siendo una cosa, como si ser humanos no se tratara de lo opuesto: ser un montón de cosas (santas) mezcladas (con cosas humanas). Si tengo solo unos segundos para responder al clásico "¿y tú qué haces?” diría que soy artista, pero si me preguntan qué es ser artista no estoy segura de poder responderlo. Puedo sí, saber qué cosa es no ser artista: no darse cuenta de la experiencia sublime dentro de lo humano y no dejarse atravesar tanto por lo bello como por lo grotesco. Encuentro, sí, una característica común entre los que hemos nacido con esta involuntaria inclinación, porque créeme, nadie en su sano juicio elige ser artista, y es una profunda capacidad de observación, que en muchos resulta tan natural que pasamos gran parte de nuestra vida sin saber que aquello es una cualidad. El artista, el mirón, el chismoso, el observador, el flâneur, el que se sienta en una banca de la ciudad a ver; ver pasar, ver existir, ver hacer, ver nada. El que todos los días mira el mismo árbol y espera la misma trayectoria de la sombra que camina bajo sus ramas hasta aprender de memoria cada parte, para quizá, algún día, escribirlo, dibujarlo, pintarlo, fotografiarlo. Parece que al final un poco sí hago el intento de nombrar lo que significa ser artista, y en resumen de eso va esta página: nombrar con palabras, imágenes, voces, formas. En Ana Banana soy un conjunto de todo ello: artista, diseñadora, escritora, cantora, tomadora de fotos, una suma de muchas cosas que se nutren entre sí. En esta página, aunque hay una separación por categorías para efectos prácticos, hay un hilo conductor entre todo: contar historias; comprendiendo que la fuerza de lo visual está en que cuente algo sin necesidad de palabras, y lo potente de lo narrativo permite otorgar imágenes con la generosidad de las palabras. Gracias por visitar mi universo creativo, Ana.